lunes, 2 de septiembre de 2013

Crossfit: Mi historia. ¿Por qué lo practico? ¿Cómo acabé aquí?


Tras haber explicado las bases y entrenamientos del CrossFit, así como sus ventajas y dónde se practica, me parece justo explicar mi historia.

Hace algunos años que empecé a entrenar en un gimnasio, concretamente el Imperial, en Getafe. Allí, gracias al apoyo de buenos monitores, aprendí un poco de nutrición y un mucho de técnica. Lo primero pude seguir aprendiendo por mi cuenta, pero la técnica se trabaja día a día.

Que alguien te prepare una tabla adecuada, te preste atención, te resuelva dudas y te diga "¡pero pon más peso, hombre, que eso lo levanta mi abuela!" o "eso está tan cargado que casi no te mueves, ¡no estás haciendo nada!", bueno, eso es la diferencia entre todo o nada. Sobre todo cuando eres novato es importante hacer las cosas "despacito y con buena letra". Resumiendo, allí aprendí mucho. Tanto, que cuando empecé con esto de CrossFit, el entrenador me decía "bonita sentadilla" (en inglés no suena tan "mariconada") y eso significa mucho: es empezar con los deberes bien hechos. ¿Te imaginas tener que reaprender algo que has hecho mal durante años? Así que quiero reivindicar el trabajo bien hecho (y casi siempre poco valorado) de los buenos monitores de gimnasio. Fichar por un gimnasio donde nadie te corrige y evalúa con criterio no tiene sentido a no ser que seas un usuario avanzado, y quizás ni así. Pagar 15 euros menos al mes por ir a un sitio con estas carencias no vale la pena. Y además hay otros usuarios que te pueden ayudar pero en realidad muchas veces es al contrario.

La siguiente parte de la historia tiene un poco que ver con la última aclaración. Aquí en Londres empecé a ir a un gimnasio donde sí había monitores y además estaban preparados. Cada 6 semanas tenías derecho a una sesión gratuita con uno de ellos, reservando con antelación. En esa sesión te evaluaban, te preparaban una tabla, te sugerían el peso a cargar y observaban tu ejecución. Suena bien, ¿verdad? En realidad, no tanto, ya que aunque tenías a esa persona al 100% para ti durante una hora, no volvías a verle el pelo hasta la siguiente sesión. Así es que había tantas personas que entrenaban tan sumamente mal.

Llegó un punto en el que me di cuenta que yo mismo iba perdiendo interés en los entrenamientos. No era una pérdida brutal, no había grandes síntomas, pero a veces me decía a mí mismo "hoy voy a poner un poquito menos de peso" o "ya no puedo hacer una repetición más" (sin intentarlo realmente). Esas pequeñas cosas, unidas a lo comentado más arriba y a una lucha por insertar las rutinas dentro de mis variados horarios de trabajo, hicieron que mi rendimiento bajase un poco. Aunque la motivación seguía ahí, detectaba un pequeño pasotismo que no me gustaba nada. Sí, podía seguir avanzando, pero los pasos eran cada vez más pequeños. Mala idea.

Por otro lado, el CrossFit me había llamado la atención desde hacía mucho tiempo y cada día pensaba más en esa posibilidad. Al igual que la paleodieta, simplemente tenía sentido. Me enteré de que habían abierto un box más o menos cerca de mi casa así que no lo dudé. Fui a una sesión explicativa y acabé por apuntarme.

Quizás pienses que los gimnasios no valen la pena. El mensaje no es ese. El mensaje es que depende de muchas cosas. En mi caso, la propia evolución de los entrenamientos me llevó a este punto. No creo que hubiera tenido el valor de empezar sin haber tenido el historial previo. Aunque soy sociable, no soy social; me refiero a que disfruto con la gente pero no busco entrar en los grupos, soy bastante independiente para los entrenamientos y me daba un poco de miedo meterme en esto, añadiendo además la barrera idiomática. Si no hubiese ganado la seguridad y experiencia que me dieron el gimnasio y las clases en grupo, no me vería capaz de dar el paso. Ahora, sin embargo, me alegro enormemente de que haya ocurrido.

En estos momentos estoy todavía en una especie de fase introductoria a la que llaman Elements. Aunque todos los días hay un entrenamiento diario, lo importante durante esta fase es familiarizarse con los movimientos y las herramientas, ganar seguridad, mejorar las marcas y conocer a la gente con la que te rodeas, así como a los entrenadores. Posteriormente se empieza con lo que es el entrenamiento en sí, el WOD o Workout Of the Day ("Entrenamiento Del Día"), elegido de entre una serie concreta de entrenamientos y que combina unos cuantos ejercicios ejecutados de una manera determinada y centrados en mejorar, por ejemplo, el número de repeticiones o el tiempo que se tarda en hacerlas.


Tienes más información de todo lo que te he contado en la página oficial de CrossFit.


Por supuesto que esta no es la única posibilidad de entrenamiento. Lo digo siempre, pero es verdad: cada persona tiene su historia, características y preferencias. Aunque para mí esta alternativa es la más adecuada, algunos/as preferirán un gimnasio de los de siempre, un entrenamiento más específico y otros/as algo más sencillo. Hay también otras disciplinas en la comunidad paleo como pueden ser MovNat o varios centros que imparten sus propias variaciones de Primal Fitness. Si te interesa alguna de las alternativas, mira lo que hay cerca de ti, infórmate, compara y elige.



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